Vārdi: Joaquin Sabina. Ciudadano Cero.
(Joaquin Sabina y Pancho Varona)
Se de nuestro amigo lo que andan diciendo
todos los diarios. Esta usted perdiendo
su tiempo conmigo, senor comisario.
Era un individuo de esos que se callan
por no hacer ruido, perdedor asiduo
de tantas batallas que gana el olvido.
Yo no les pregunto nunca a mis clientes
datos personales, me pagan y punto...
?Pasa tanta gente por estos hostales!...
Nunca dio el menor motivo de alarma,
senor comisario, nadie imagino
que escondiera un arma dentro del armario.
Ciudadano cero,
?que razon oscura te hizo salir del agujero?,
siempre sin paraguas, siempre a merced del aguacero.
Habia acabado cuando llegaron los maderos.
Aquella manana decidio que habia
llegado el momento. Abrio la ventana
rumiando que hacia falta un escarmiento.
Cargo la escopeta, se puso chaqueta,
pensando en las fotos. Hizo una ensalada
de sangre, alinada con cristales rotos.
Dejo un gato cojo y un Volkswagen tuerto
de un tiro en un faro; no tuvo mal ojo,
diecisiete muertos en treinta disparos.
Cuando lo metian en una lechera,
por fin detenido, "ahora -decia-
sabra Espana entera mis dos apellidos".
Ciudadano cero,
?que razon oscura te hizo salir del agujero?,
siempre sin paraguas, siempre a merced del aguacero.
Todo habia acabado cuando llegaron los maderos.
Se de nuestro amigo lo que andan diciendo
todos los diarios. Esta usted perdiendo
su tiempo conmigo, senor comisario.
Era un individuo de esos que se callan
por no hacer ruido, perdedor asiduo
de tantas batallas que gana el olvido.
Yo no les pregunto nunca a mis clientes
datos personales, me pagan y punto...
?Pasa tanta gente por estos hostales!...
Nunca dio el menor motivo de alarma,
senor comisario, nadie imagino
que escondiera un arma dentro del armario.
Ciudadano cero,
?que razon oscura te hizo salir del agujero?,
siempre sin paraguas, siempre a merced del aguacero.
Habia acabado cuando llegaron los maderos.
Aquella manana decidio que habia
llegado el momento. Abrio la ventana
rumiando que hacia falta un escarmiento.
Cargo la escopeta, se puso chaqueta,
pensando en las fotos. Hizo una ensalada
de sangre, alinada con cristales rotos.
Dejo un gato cojo y un Volkswagen tuerto
de un tiro en un faro; no tuvo mal ojo,
diecisiete muertos en treinta disparos.
Cuando lo metian en una lechera,
por fin detenido, "ahora -decia-
sabra Espana entera mis dos apellidos".
Ciudadano cero,
?que razon oscura te hizo salir del agujero?,
siempre sin paraguas, siempre a merced del aguacero.
Todo habia acabado cuando llegaron los maderos.
Joaquin Sabina
Joaquin Sabina
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