Vārdi: Joaquin Sabina. Diario De Un Peatón. Cuando Me Hablan Del Destino.
:
Yo era un capo en el ambiente,
derrochaba adrenalina,
me presentaba en Corrientes,
tenia palco en el Colon,
manejaba un convertible,
no escatimaba propinas,
las quimeras imposibles
de otros eran mi rutina,
no habia nacido la mina
que me dijera que no.
Pero pucha, un un veintinueve
de aquel febrero bisiesto
me vi pernoctando un jueves
en un banco de estacion,
sin mas ajuar que lo puesto,
ni credit card, ni cobija.
Las ratas que huian del barco
del retrato de mis hijas
me afanaron hasta el marco
creyendo que era art deco.
Las coristas y las farras
se esfumaron con la guita,
los muchachos de la barra
no me echaron ni un piolin;
Charly no tuvo un detalle
ni Fito un "?que necesitas?"
cuando, al cabo de la calle,
rompi mi caricatura,
ni el camion de la basura
tuvo un jergon para mi.
Disque el movicon amado
de una gatita de angora,
"no moleste a la senora",
contesto el contestador.
Y aprendi que estar quebrado
no es el infierno del Dante,
ni un curriculo brillante
la lampara de Aladino,
cuando me hablan del destino
cambio de conversacion.
Espejismos rosicleres
ya no me fruncen el ceno,
ni me cobran alquileres
las mujeres que olvide,
bajo el sol que me apunala
vivo sin patria ni dueno,
como el aire lo regalan
y el alma nunca la empeno
con las sobras de mis suenos
me sobra para comer.
?De que voy a lamentarme?,
bulle la sangre en mis venas,
cada dia al despertarme
me gusta resucitar,
a quien quiera acompanarme
le cambio versos por penas,
bajo los puentes del Sena
de los que pierden el norte
se duerme sin pasaporte
y esta mal visto llorar.
Yo era un capo en el ambiente,
derrochaba adrenalina,
me presentaba en Corrientes,
tenia palco en el Colon,
manejaba un convertible,
no escatimaba propinas,
las quimeras imposibles
de otros eran mi rutina,
no habia nacido la mina
que me dijera que no.
Pero pucha, un un veintinueve
de aquel febrero bisiesto
me vi pernoctando un jueves
en un banco de estacion,
sin mas ajuar que lo puesto,
ni credit card, ni cobija.
Las ratas que huian del barco
del retrato de mis hijas
me afanaron hasta el marco
creyendo que era art deco.
Las coristas y las farras
se esfumaron con la guita,
los muchachos de la barra
no me echaron ni un piolin;
Charly no tuvo un detalle
ni Fito un "?que necesitas?"
cuando, al cabo de la calle,
rompi mi caricatura,
ni el camion de la basura
tuvo un jergon para mi.
Disque el movicon amado
de una gatita de angora,
"no moleste a la senora",
contesto el contestador.
Y aprendi que estar quebrado
no es el infierno del Dante,
ni un curriculo brillante
la lampara de Aladino,
cuando me hablan del destino
cambio de conversacion.
Espejismos rosicleres
ya no me fruncen el ceno,
ni me cobran alquileres
las mujeres que olvide,
bajo el sol que me apunala
vivo sin patria ni dueno,
como el aire lo regalan
y el alma nunca la empeno
con las sobras de mis suenos
me sobra para comer.
?De que voy a lamentarme?,
bulle la sangre en mis venas,
cada dia al despertarme
me gusta resucitar,
a quien quiera acompanarme
le cambio versos por penas,
bajo los puentes del Sena
de los que pierden el norte
se duerme sin pasaporte
y esta mal visto llorar.
Joaquin Sabina
Dímelo En La Calle
Joaquin Sabina
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